viernes, 6 de mayo de 2011

Cuento ''El hijo'' de Horacio Quiroga


     Es un poderoso día de verano en Misiones, con todo el sol, el calor y la calma que puede deparar la estación. La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí.
     Como el sol, el calor y la calma ambiente, el padre abre también su corazón a la naturaleza.
-Ten cuidado, chiquito -dice a su hijo, abreviando en esa frase todas las observaciones del caso y que su hijo comprende perfectamente.
-Si, papá -responde la criatura mientras coge la escopeta y carga de cartuchos los bolsillos de su camisa, que cierra con cuidado.
-Vuelve a la hora de almorzar -observa aún el padre.
-Sí, papá -repite el chico.
     Equilibra la escopeta en la mano, sonríe a su padre, lo besa en la cabeza y parte. Su padre lo sigue un rato con los ojos y vuelve a su quehacer de ese día, feliz con la alegría de su pequeño.
     Sabe que su hijo es educado desde su más tierna infancia en el hábito y la precaución del peligro, puede manejar un fusil y cazar no importa qué. Aunque es muy alto para su edad, no tiene sino trece años. Y parecía tener menos, a juzgar por la pureza de sus ojos azules, frescos aún de sorpresa infantil. No necesita el padre levantar los ojos de su quehacer para seguir con la mente la marcha de su hijo.
     Ha cruzado la picada roja y se encamina rectamente al monte a través del abra de espartillo.
     Para cazar en el monte -caza de pelo- se requiere más paciencia de la que su cachorro puede rendir. Después de atravesar esa isla de monte, su hijo costeará la linde de cactus hasta el bañado, en procura de palomas, tucanes o tal cual casal de garzas, como las que su amigo Juan ha descubierto días anteriores. Sólo ahora, el padre esboza una sonrisa al recuerdo de la pasión cinegética de las dos criaturas. Cazan sólo a veces un yacútoro, un surucuá -menos aún- y regresan triunfales, Juan a su rancho con el fusil de nueve milímetros que él le ha regalado, y su hijo a la meseta con la gran escopeta Saint-Étienne, calibre 16, cuádruple cierre y pólvora blanca.
     Él fue lo mismo. A los trece años hubiera dado la vida por poseer una escopeta. Su hijo, de aquella edad, la posee ahora y el padre sonríe...
     No es fácil, sin embargo, para un padre viudo, sin otra fe ni esperanza que la vida de su hijo, educarlo como lo ha hecho él, libre en su corto radio de acción, seguro de sus pequeños pies y manos desde que tenía cuatro años, consciente de la inmensidad de ciertos peligros y de la escasez de sus propias fuerzas.
     Ese padre ha debido luchar fuertemente contra lo que él considera su egoísmo. ¡Tan fácilmente una criatura calcula mal, sienta un pie en el vacío y se pierde un hijo!
     El peligro subsiste siempre para el hombre en cualquier edad; pero su amenaza amengua si desde pequeño se acostumbra a no contar sino con sus propias fuerzas.
     De este modo ha educado el padre a su hijo. Y para conseguirlo ha debido resistir no sólo a su corazón, sino a sus tormentos morales; porque ese padre, de estómago y vista débiles, sufre desde hace un tiempo de alucinaciones.
     Ha visto, concretados en dolorosísima ilusión, recuerdos de una felicidad que no debía surgir más de la nada en que se recluyó. La imagen de su propio hijo no ha escapado a este tormento. Lo ha visto una vez rodar envuelto en sangre cuando el chico percutía en la morsa del taller una bala de parabellum, siendo así que lo que hacía era limar la hebilla de su cinturón de caza.
     Horrible caso... Pero hoy, con el ardiente y vital día de verano, cuyo amor a su hijo parece haber heredado, el padre se siente feliz, tranquilo y seguro del porvenir.
     En ese instante, no muy lejos, suena un estampido.
-La Saint-Étienne... -piensa el padre al reconocer la detonación. Dos palomas de menos en el monte...
     Sin prestar más atención al nimio acontecimiento, el hombre se abstrae de nuevo en su tarea.
     El sol, ya muy alto, continúa ascendiendo. Adónde quiera que se mire -piedras, tierra, árboles-, el aire enrarecido como en un horno, vibra con el calor. Un profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta donde la vista alcanza, concentra a esa hora toda la vida tropical.
     El padre echa una ojeada a su muñeca: las doce. Y levanta los ojos al monte. Su hijo debía estar ya de vuelta. En la mutua confianza que depositan el uno en el otro -el padre de sienes plateadas y la criatura de trece años-, no se engañan jamás. Cuando su hijo responde: "Sí, papá", hará lo que dice. Dijo que volvería antes de las doce, y el padre ha sonreído al verlo partir. Y no ha vuelto.
     El hombre torna a su quehacer, esforzándose en concentrar la atención en su tarea. ¿Es tan fácil, tan fácil perder la noción de la hora dentro del monte, y sentarse un rato en el suelo mientras se descansa inmóvil?
     El tiempo ha pasado; son las doce y media. El padre sale de su taller, y al apoyar la mano en el banco de mecánica sube del fondo de su memoria el estallido de una bala de parabellum, e instantáneamente, por primera vez en las tres transcurridas, piensa que tras el estampido de la Saint-Étienne no ha oído nada más. No ha oído rodar el pedregullo bajo un paso conocido. Su hijo no ha vuelto y la naturaleza se halla detenida a la vera del bosque, esperándolo.
     ¡Oh! no son suficientes un carácter templado y una ciega confianza en la educación de un hijo para ahuyentar el espectro de la fatalidad que un padre de vista enferma ve alzarse desde la línea del monte. Distracción, olvido, demora fortuita: ninguno de estos nimios motivos que pueden retardar la llegada de su hijo halla cabida en aquel corazón.
     Un tiro, un solo tiro ha sonado, y hace mucho. Tras él, el padre no ha oído un ruido, no ha visto un pájaro, no ha cruzado el abra una sola persona a anunciarle que al cruzar un alambrado, una gran desgracia...
     La cabeza al aire y sin machete, el padre va. Corta el abra de espartillo, entra en el monte, costea la línea de cactus sin hallar el menor rastro de su hijo.
     Pero la naturaleza prosigue detenida. Y cuando el padre ha recorrido las sendas de caza conocidas y ha explorado el bañado en vano, adquiere la seguridad de que cada paso que da en adelante lo lleva, fatal e inexorablemente, al cadáver de su hijo.
     Ni un reproche que hacerse, es lamentable. Sólo la realidad fría, terrible y consumada: ha muerto su hijo al cruzar un... ¡Pero dónde, en qué parte! ¡Hay tantos alambrados allí, y es tan, tan sucio el monte! ¡Oh, muy sucio ! Por poco que no se tenga cuidado al cruzar los hilos con la escopeta en la mano...
     El padre sofoca un grito. Ha visto levantarse en el aire... ¡Oh, no es su hijo, no! Y vuelve a otro lado, y a otro y a otro...
     Nada se ganaría con ver el color de su tez y la angustia de sus ojos. Ese hombre aún no ha llamado a su hijo. Aunque su corazón clama por él a gritos, su boca continúa muda. Sabe bien que el solo acto de pronunciar su nombre, de llamarlo en voz alta, será la confesión de su muerte.
-¡Chiquito! -se le escapa de pronto. Y si la voz de un hombre de carácter es capaz de llorar, tapémonos de misericordia los oídos ante la angustia que clama en aquella voz.
     Nadie ni nada ha respondido. Por las picadas rojas de sol, envejecido en diez años, va el padre buscando a su hijo que acaba de morir.
-¡Hijito mío..! ¡Chiquito mío..! -clama en un diminutivo que se alza del fondo de sus entrañas.
     Ya antes, en plena dicha y paz, ese padre ha sufrido la alucinación de su hijo rodando con la frente abierta por una bala al cromo níquel. Ahora, en cada rincón sombrío del bosque, ve centellos de alambre; y al pie de un poste, con la escopeta descargada al lado, ve a su...
-¡Chiquito...! ¡Mi hijo!
     Las fuerzas que permiten entregar un pobre padre alucinado a la más atroz pesadilla tienen también un límite. Y el nuestro siente que las suyas se le escapan, cuando ve bruscamente desembocar de un pique lateral a su hijo.
     A un chico de trece años bástale ver desde cincuenta metros la expresión de su padre sin machete dentro del monte para apresurar el paso con los ojos húmedos.
-Chiquito... -murmura el hombre. Y, exhausto, se deja caer sentado en la arena albeante, rodeando con los brazos las piernas de su hijo.
     La criatura, así ceñida, queda de pie; y como comprende el dolor de su padre, le acaricia despacio la cabeza:
-Pobre papá...
     En fin, el tiempo ha pasado. Ya van a ser las tres...
     Juntos ahora, padre e hijo emprenden el regreso a la casa.
-¿Cómo no te fijaste en el sol para saber la hora...? -murmura aún el primero.
-Me fijé, papá... Pero cuando iba a volver vi las garzas de Juan y las seguí...
-¡Lo que me has hecho pasar, chiquito!
-Piapiá... -murmura también el chico.
Después de un largo silencio:
-Y las garzas, ¿las mataste? -pregunta el padre.
-No.
     Nimio detalle, después de todo. Bajo el cielo y el aire candentes, a la descubierta por el abra de espartillo, el hombre vuelve a casa con su hijo, sobre cuyos hombros, casi del alto de los suyos, lleva pasado su feliz brazo de padre. Regresa empapado de sudor, y aunque quebrantado de cuerpo y alma, sonríe de felicidad.
     Sonríe de alucinada felicidad... Pues ese padre va solo.
     A nadie ha encontrado, y su brazo se apoya en el vacío. Porque tras él, al pie de un poste y con las piernas en alto, enredadas en el alambre de púa, su hijo bienamado yace al sol, muerto desde las diez de la mañana.

sábado, 30 de abril de 2011

El texto - Material para tercer año.

Para comenzar a trabajar con la primera unidad del programa ''Los enunciados en los textos'', aquí les dejo algo de material sobre qué es un texto.

1. Accede al siguiente link: http://es.wikipedia.org/wiki/Texto

2. Realiza un resumen del artículo publicado en el sitio en el cuaderno de clase. No olvides utilizar letra cursiva.

lunes, 25 de abril de 2011

Actividad sobre código - 1º año

Antes de realizar la actividad no olvides leer atentamente la propuesta y hacer todas las preguntas necesarias.

1. Decodifica el siguiente mensaje:

 

2. Utilizando el código Braille, escribe la frase: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

RECUERDA: en la entrada "Los códigos" tienes información valiosa que te ayudará a resolver la actividad.

domingo, 24 de abril de 2011

Los códigos

     En la entrada anterior había quedado en ampliar un poquito más la información sobre código, espero que les sea útil en el momento de realizar los ejercicios de clase y por supuesto, para repasar lo que ya trabajamos juntos.
    
     El código es un conjunto de reglas que se utilizan para elaborar mensajes (lo que se denomina codificación) y para interpretar mensajes (decodificación).
     Imagina la siguiente situación: ¿Qué ocurriría si mientras lees ésta información, te encuentras con la siguiente inscripción: "skassw asoanjk ngank"? ¿Lo entenderías? Por supuesto que no. Lo que sucede es que si bien hay un emisor, un mensaje, y un receptor, que eres tú, no has podido decodificar el mensaje. ¿Por qué? Porque no conoces la forma en que estaba escrito ese mensaje. A lo mejor es otro idioma, o es una escritura con clave, un código inventado, etc.
     Para que se produzca la comunicación, entonces, es imprescindible el elemento que llamamos código. Se trata de un conjunto de signos que le permite al emisor transmitir el mensaje, de manera que el receptor pueda entenderlo. Se necesita, entonces, que tanto el emisor como el receptor manejen el mismo código.
    Existen muchísimos códigos con los que nos comunicamos día a día. El más común es el idioma. Cada país maneja una misma lengua, con la que se comunican sus habitantes y por eso se entienden. 
    Además del idioma, existen muchos otros códigos, es decir, muchos conjuntos de signos, que utilizamos a diario y que nos sirven para comunicarnos. Uno de ellos son las señales de tránsito, las cuales constituyen un conjunto de signos que para la mayoría de nosotros son entendibles y nos ayudan a desempeñarnos con prudencia en la vía pública.


     Asimismo, existen otros códigos de mayor complejidad, como el Braille, que está diseñado para que las personas no videntes puedan leer y escribir a través del tacto. El Braille no es un idioma, sino un código. En el sitio: http://www.cdbraille.com/codigo_braille.asp podrán adquirir más información sobre el código Braille. A continuación, podrán observar una imagen que contiene el alfabeto en dicho código.

    En el caso de los sordomudos, se utiliza un sistema dactilológico (usando los dedos) que consiste en hablar mediante cambios de posición de los dedos que se acompañan de ligeros movimientos de la mano. Cada letra tiene una forma particular, tal como se observa en la siguiente imagen.

      Cualquier duda o consulta no olviden escribir o enviar un mail a victoriaperezorac@gmail.com y nos vemos en la próxima.

             Victoria

jueves, 14 de abril de 2011

¿Qué es la comunicación?

     En ésta oportunidad voy a compartir con ustedes información sobre la comunicación para complementar lo que ya trabajamos en clase. Espero que les sea útil y los ayude a comprender un poquito más sobre el tema, así como también que sea de su agrado.

     La comunicación es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra. Los procesos de comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de los mismos y tienen reglas comunes.


     Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como "el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura u otro tipo de señales". Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor destinado, pero el receptor no necesita estar presente ni consciente del intento comunicativo por parte del emisor para que el acto de comunicación se realice. En el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y canalizada hacia el receptor a través del medio. Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta.
     El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Ésta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos, lo que implica la transmisión de una determinada información. Para que efectivamente exista comunicación, es necesaria la presencia de ciertos elementos, que se conocen como elementos constitutivos del circuito de la comunicación. A continuación, se encuentra el esquema del circuito comunicativo, con sus elementos. 



     Veamos ahora en profundidad cada uno de los elementos.
  • Mensaje: es la información que se transmite, aquello que se quiere comunicar.
  • Emisor: es la persona que se encarga de emitir el mensaje, elige los signos que va a utilizar y realiza un proceso de codificación; es decir, codifica el mensaje
  • Receptor: es la persona o grupo de personas a quien va dirigido el mensaje. El receptor realiza un proceso inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los signos elegidos por el emisor; es decir, decodifica el mensaje.
  • Referente: es el tema o asunto del mensaje, es decir, de qué se trata el mismo.
  • Contexto: son las circunstancias que rodean el acto de comunicación. Es el contexto en que se transmite el mensaje y que contribuye a su significado.
  • Canal: todo mensaje necesita de un canal para la transmisión de las señales. El canal es el medio físico a través del cual se transmite la comunicación.
  • Código: es un sistema de signos y reglas para combinarlos y elaborar mensajes.
     Próximamente estaré ampliando información sobre código, ya que hay muchas más cosas para decir sobre el mismo y no me daría para ponerlo en este espacio. Ante cualquier duda o consulta no duden en dejar su comentario o escribir a la dirección victoriaperezorac@gmail.com 

     ¡Hasta la próxima!
                                       Victoria

lunes, 11 de abril de 2011

Abecedario en letra cursiva

     Hola a todos. En ésta oportunidad vengo a dejarles una imagen que contiene el alfabeto o abecedario de nuestra lengua en letra cursiva, junto con algunos datos de interés tales como porqué es bueno utilizar éste tipo de letra en lugar de la imprenta. Espero que les sea de ayuda para practicarla y mejorarla, y sobre todo para aquellos que de vez en cuando no recuerdan cómo hacer alguna letra en particular, puedan consultar éste material y quitarse todas sus dudas.

 Algunos datos sobre el abecedario

    El abecedario, alfabeto o abecé de una lengua o idioma es el conjunto ordenado de sus letras. Es también la agrupación, con un orden determinado, de las grafías utilizadas para representar el lenguaje que sirve de sistema de comunicación.
     Los primeros abecedarios occidentales se originaron en el alfabeto semítico septentrional, que surgió hace más de 3.500 años. Pese a su nombre, el alfabeto romano fue adoptado por los etruscos a partir de las letras del alfabeto griego. En sus orígenes tenía apenas 21 letras, que con el tiempo se extendieron hasta las 26 letras que conocemos en la actualidad: A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y y Z.

¿Por qué es bueno utilizar letra cursiva?

     El escribir en cursiva: 
  • 1. Favorece aspectos madurativos de la personalidad.
  • 2. Conlleva otro tipo de abstracción mental, ayuda a mantener la personalidad de la escritura y a que el ser humano siga siendo diferente a las máquinas.
  • 3. Ayuda a desarrollar la motricidad.
  • 4. Permite escribir con mayor rapidez ya que no es necesario levantar el lápiz entre letra y letra, y que el pensamiento emane con mayor fluidez.
  • 5. Permite que se perciba cada palabra como un todo por sus enlaces.
  • 6. Obliga la realización de espacios entre las palabras, contribuyendo a que el texto sea legible.
      Recuerden que realizar correctamente la cursiva es una cuestión de práctica, con dedicación y ensayo nos irá saliendo cada vez mejor. También existen herramientas como los de cuadernos de doble raya, que se utilizan justamente para mejorar nuestra caligrafía y para que escribir en ésta letra sea más sencillo. Ahora... ¡a practicar!

Victoria


domingo, 10 de abril de 2011

Bienvenid@s a mi blog

     A través de este espacio les doy la bienvenida al blog de Idioma Español, un lugar donde podremos compartir información sobre la asignatura, documentos de interés, resúmenes, actividades, ayuda para escritos y parciales, y mucho más. Los alumnos que aún deben Idioma Español de años anteriores, también recibirán un apoyo especial para los exámenes y tareas especiales de repaso.
     Ésta es la primera vez que realizo un blog y para mí es toda una experiencia, hay muchas cosas que todavía desconozco y muchas otras que no sé cómo funcionan. De todas formas estoy dispuesta a aprender junto a ustedes y que el blog mejore día a día con el trabajo conjunto y cooperativo.
     Les deseo un buen año a todos y espero que podamos seguir aprendiendo y creciendo juntos. Recuerden que estoy a las órdenes para cualquier duda o consulta. Sin más, me despido hasta la próxima.

          Victoria